20 diciembre 2013

Crónica de un viaje al NOA 10/10: Tilcara y final


Llegué a Tilcara desde Uquía, en un colectivo de la Evelia que pasó por la ruta a media mañana. En la estación tomé un taxi al hotel que tenía reservado: "Casa Tunas". 

El hotel está en la calle Padilla, que es la calle que sale directo a la ruta hacia el Pucará. Aunque no está en el "centro", la ubicación es bastante buena para orientarse fácilmente y acceder rápido a los principales atractivos del pueblo. 

Si bien el hotel es agradable y limpio, la atención es un tanto desconcertante. Tuve la suerte de que cuando llegué estaba la señora encargada de la limpieza, que fue quien me dio las llaves de la habitación. Luego de que ella se fue, no vino nadie más hasta que ella misma volvió a la mañana del día siguiente. La idea del lugar es la de ser una "casa" donde los huéspedes se alojan y se sirven de las instalaciones comunes como si estuvieran en sus hogares. Hay una cocina muy cómoda y un comedor grande con elementos para preparar la comida y comer tranquilamente. El problema es que no me habían dicho dónde estaban las cosas, qué podía usar y qué no y no tenía a quién preguntarle porque ni siquiera podía usar el teléfono. A la tardecita se desató una tormenta muy fuerte, se cortó la luz, estaba todo oscuro, yo estaba sola y no encontraba las velas por ningún lado. Por suerte el corte duró poco, pero la experiencia me bastó para saber que no le iba a recomendar el lugar a nadie.  

A la hora de la cena llegaron los otros dos huéspedes alojados en la casa: Violeta y Marcelo, también de Buenos Aires. Ellos habían pasado el día viajando hasta La Quiaca y Villazón y se iban a quedar un par de días más para luego pasar el final de las vacaciones en Salta. 

Con los chicos nos quedamos charlando hasta tarde sobre nuestras respectivas experiencias de viaje por el Norte durante esos días. Fue muy lindo poder compartir sentimientos y visiones comunes de situaciones que habíamos vivido en aquellos lugares. Fue una especie de catarsis que hicimos sobre cosas que nos habían pasado y que todavía estábamos procesando para poder entenderlas, razonarlas si era posible, para luego poder contarlas.  

Por lo demás, mi estadía en Tilcara fue un tanto accidentada. El pueblo me desilusionó bastante desde mi visita anterior. Lo vi deslucido, aburrido, convertido en un montón de puestos de atracciones turísticas que, de seguir proliferando, lo único que van a conseguir es ahuyentar a los visitantes. Me habían comentado que Tilcara ya no era la misma, pero no lo creí hasta que lo vi con mis propios ojos... 

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Pucará de Tilcara
A la tarde temprano, subí al Pucará. Llegué a la hora que el parque abría, así que los grupos de turistas ruidosos todavía no habían llegado. Pude recorrerlo en silencio, respirando hondo, absorbiendo la energía de la Madre Tierra y contemplando desde la cumbre la descomunal vista de la Quebrada que, creo, debe de ser la más impresionante que exista. 

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Llama en el zoo del Pucará
El Pucará y una recorrida por las calles fueron las únicas salidas que hice en Tilcara. Decidí adelantar la vuelta a Salta Capital porque en esos días había cortes de rutas que se sumaban a las demoras de las inspecciones de Gendarmería, por lo que los viajes se estaban retrasando hasta varias horas más de lo normal. Como no quería ni pensar en arriesgarme a perder el vuelo de vuelta a Buenos Aires, el jueves al mediodía tomé un micro de Balut hacia Salta Capital que, afortunadamente, solo llegó una hora más tarde de lo previsto.

La tarde del jueves y la mañana del viernes en Salta fueron totalmente olvidables: algo que comí, el agua, la altura o todo junto, me había hecho mal y pasé todo ese tiempo en cama, mirando la tele, armando la valija, hablando por teléfono y terminando de escribir este diario para contarles mi viaje a ustedes.


3 comentarios:

  1. Maravillosa crónica Silvina, nos hiciste emocionar a mi marido y a mí, ya que estuvimos en la divina Uquía en 2010 y 2011, parando en el hostal y disfrutando de Silvia y Raúl. Y, como siempre sueño con volver, estaba buscando datos de ellos, que en ese momento nos comentaron que no sabían si continuaban allí. Fue una alegría leerte y confirmar que sí!
    Así que ahora, continúo a ver de que manera me contacto con ellos.
    Muchas gracias!!!!!!!!
    Adriana

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    1. Hola Adriana! Gracias por tu comentario. En la primera parte del post aclaré que esta crónica la escribí en 2009, así que no sé si ahora siguen estando. Estuve buscando al hostal en la web para poner el link pero no lo encontré, así que creo que no existe más. Quizás podés averiguarlo a través de la Agencia Ser Andino que es de Cecilia, la hija de los Briones: http://ser-andino.com.ar/
      Saludos!

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  2. Maravillosa crónica Silvina, lloramos de emoción con mi marido, ya que estuvimos en la divina Uquía dos veces, parando en el hostal y disfrutando de Silvia y Raúl. En el 2011, nos comentaron que no sabían si seguían allí, y como siempre sueño con volver, estaba buscando alguna señal de ellos y así encontré tu blog. Increíble!!
    Gracias !
    Un abrazo.
    Adriana

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