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La primera excursión que tomé fue a Cachi. Contraté los servicios de la agencia Ferroturismo, que resultaron ser muy eficientes y recomendables. Estuve buscando precios de excursiones en Salta, pero seguí el consejo de no contratar nada de antemano, lo cual fue muy acertado ya que igual conseguí un descuento bastante importante por pagar en efectivo.
La primera excursión que tomé fue a Cachi. Contraté los servicios de la agencia Ferroturismo, que resultaron ser muy eficientes y recomendables. Estuve buscando precios de excursiones en Salta, pero seguí el consejo de no contratar nada de antemano, lo cual fue muy acertado ya que igual conseguí un descuento bastante importante por pagar en efectivo.
A la
mañana, bien temprano, Diego, el guía, me pasó a buscar por el hotel en una
camioneta Kangoo. Mis compañeros de viaje eran un matrimonio de alemanes, muy
simpáticos, pero que hablaban muy poco castellano y algo más de inglés, así que
nos entendíamos en una mezcla rara de idiomas.
El
camino a Cachi fue bastante sorprendente. No solo por la belleza del paisaje,
sino porque fuimos en un día lluvioso y tuvimos un par de situaciones
imprevistas en la ruta que fueron hábilmente sorteados por nuestro guía, que no
permitió que se nos opacara el paseo. La Quebrada del Escoipe y el cruce
de El Infiernillo nos depararon la sorpresa más complicada de ese día. El río
estaba crecido a causa de las intensas lluvias de los días anteriores y algunos
vehículos debían ser remolcados para poder seguir el camino. Tuvimos que hacer
una larga fila para tratar de cruzar el río, hasta que pudimos pasar sin que se
nos quedara la camioneta. Los que estaban detrás de nosotros no fueron tan
afortunados y el camino volvió a quedar cerrado durante algunas horas.
Luego
de una parada en El Maray para tomar un café y sacar fotos, llegamos a la
Cuesta del Obispo. Si bien este tramo del camino es famoso por las vistas que
se aprecian, ese día solamente podíamos ver unos pocos metros delante de
nosotros y casi nada hacia los costados, debido a la densa niebla que cubría
todo. Nunca vi el Valle Encantado ni ninguno de los paisajes que había visto
fotografiados en internet. Así que solo puedo decir que fue un camino arduo y
que quería que termináramos de dar vueltas cuanto antes.
Luego
de pasar por la Piedra del Molino y de un abrupto cambio de clima, comenzó el
Parque Nacional Los Cardones con la Recta del Tin Tin, impactante por su
longitud y su exactitud geométrica. La aridez del paisaje puneño ya se
experimentaba en toda esa región. Más adelante, antes de llegar a Cachi, estaba
Payogasta, un pueblo pequeño con un paisaje bellísimo, donde solamente los
tours paran si se quiere ir al almorzar, ya que dicen que se come mejor y más
barato que en Cachi.
Pero
nosotros seguimos directamente hasta Cachi. Como el lugar adonde íbamos a
almorzar estaba cerrado, Diego nos llevó a conocer un restaurante que se había
reinaugurado hacía poco, en un parque temático cultural llamado Todo lo Nuestro. En el restaurante se sirven sabrosos platos regionales por un
precio fijo incluido en la entrada. El circuito incluye una visita guiada por
el Parque donde se recrean las costumbres y formas de vida de los antiguos
habitantes de la región. Es muy interesante ver a través de las reconstrucciones
cómo evolucionaron las viviendas, desde los primeros restos hallados por
los arqueólogos hasta la época colonial, y entender por qué se construían de
determinada manera. El Parque es un emprendimiento de un grupo de habitantes de
Cachi con el fin de difundir y hacer comprender el valor de la cultura aborígen
de la zona. Fue hecho con mucho esfuerzo y también con mucho amor. Esta gente
realiza, además, una serie de acciones sociales benéficas que buscan alejar a
los adolescentes del alcohol y las drogas, organizando reuniones bailables para
jóvenes dentro del restaurante, donde pueden divertirse en un ambiente familiar
donde, por supuesto, no se permite el consumo de alcohol o drogas. También nos
comentaron que ayudan a escuelas de la zona y a personas que necesitan sillas
de ruedas a través de la colecta de materiales plásticos que luego canjean por
sillas.
El
resto del tiempo que permanecimos en Cachi, lo dedicamos a recorrer las
callecitas y a tomar fotografías. Es interesante el Museo Arqueológico
"Pío Pablo Díaz" con sus momias conservadas casi sin necesidad de
cuidados especiales gracias al clima del lugar. Hay varios puestos y locales de
ventas de artesanías. Y también me pareció adorable la pequeña iglesia que
caracteriza al pueblo.
La
vuelta a Salta fue menos complicada y, gracias a que la lluvia y la niebla
habían disminuido, pudimos ver algunos de los lugares que antes habían estado
ocultos.
Llegamos
a la ciudad cerca de las siete de la tarde, felices por haber pasado un día tan
agradable.
Hola, me encanto tu blog. Justo estaba buscando blogs con relatos de viajes en el NOA.
ResponderBorrarMe interesa hacerte una propuesta, pero no encuentro como contactarte. Te pido por favor, si me escribís con tu mail a francastel@gmail.com
Saludos!
Francisco