Llegué
a Tilcara desde Uquía, en un colectivo de la Evelia que pasó por la ruta a
media mañana. En la estación tomé un taxi al hotel que tenía reservado:
"Casa Tunas".
El
hotel está en la calle Padilla, que es la calle que sale directo a la ruta
hacia el Pucará. Aunque no está en el "centro", la ubicación es
bastante buena para orientarse fácilmente y acceder rápido a los principales
atractivos del pueblo.
Si bien
el hotel es agradable y limpio, la atención es un tanto desconcertante. Tuve la
suerte de que cuando llegué estaba la señora encargada de la limpieza, que fue
quien me dio las llaves de la habitación. Luego de que ella se fue, no vino
nadie más hasta que ella misma volvió a la mañana del día siguiente. La idea del
lugar es la de ser una "casa" donde los huéspedes se alojan y se
sirven de las instalaciones comunes como si estuvieran en sus hogares. Hay una
cocina muy cómoda y un comedor grande con elementos para preparar la comida y
comer tranquilamente. El problema es que no me habían dicho dónde estaban las
cosas, qué podía usar y qué no y no tenía a quién preguntarle porque ni
siquiera podía usar el teléfono. A la tardecita se desató una tormenta muy
fuerte, se cortó la luz, estaba todo oscuro, yo estaba sola y no encontraba las
velas por ningún lado. Por suerte el corte duró poco, pero la experiencia me
bastó para saber que no le iba a recomendar el lugar a nadie.
A la
hora de la cena llegaron los otros dos huéspedes alojados en la casa: Violeta y
Marcelo, también de Buenos Aires. Ellos habían pasado el día viajando hasta La
Quiaca y Villazón y se iban a quedar un par de días más para luego pasar el
final de las vacaciones en Salta.
Con los
chicos nos quedamos charlando hasta tarde sobre nuestras respectivas
experiencias de viaje por el Norte durante esos días. Fue muy lindo poder
compartir sentimientos y visiones comunes de situaciones que habíamos vivido en
aquellos lugares. Fue una especie de catarsis que hicimos sobre cosas que nos
habían pasado y que todavía estábamos procesando para poder entenderlas,
razonarlas si era posible, para luego poder contarlas.
Por lo
demás, mi estadía en Tilcara fue un tanto accidentada. El pueblo me desilusionó
bastante desde mi visita anterior. Lo vi deslucido, aburrido, convertido en un
montón de puestos de atracciones turísticas que, de seguir proliferando, lo
único que van a conseguir es ahuyentar a los visitantes. Me habían comentado
que Tilcara ya no era la misma, pero no lo creí hasta que lo vi con mis propios
ojos...
Pucará de Tilcara |
Llama en el zoo del Pucará |
La
tarde del jueves y la mañana del viernes en Salta fueron totalmente olvidables:
algo que comí, el agua, la altura o todo junto, me había hecho mal y pasé todo
ese tiempo en cama, mirando la tele, armando la valija, hablando por teléfono y
terminando de escribir este diario para contarles mi viaje a ustedes.
Maravillosa crónica Silvina, nos hiciste emocionar a mi marido y a mí, ya que estuvimos en la divina Uquía en 2010 y 2011, parando en el hostal y disfrutando de Silvia y Raúl. Y, como siempre sueño con volver, estaba buscando datos de ellos, que en ese momento nos comentaron que no sabían si continuaban allí. Fue una alegría leerte y confirmar que sí!
ResponderBorrarAsí que ahora, continúo a ver de que manera me contacto con ellos.
Muchas gracias!!!!!!!!
Adriana
Hola Adriana! Gracias por tu comentario. En la primera parte del post aclaré que esta crónica la escribí en 2009, así que no sé si ahora siguen estando. Estuve buscando al hostal en la web para poner el link pero no lo encontré, así que creo que no existe más. Quizás podés averiguarlo a través de la Agencia Ser Andino que es de Cecilia, la hija de los Briones: http://ser-andino.com.ar/
BorrarSaludos!
Maravillosa crónica Silvina, lloramos de emoción con mi marido, ya que estuvimos en la divina Uquía dos veces, parando en el hostal y disfrutando de Silvia y Raúl. En el 2011, nos comentaron que no sabían si seguían allí, y como siempre sueño con volver, estaba buscando alguna señal de ellos y así encontré tu blog. Increíble!!
ResponderBorrarGracias !
Un abrazo.
Adriana